El sábado 31 de marzo realizamos la segunda salida mañanero-botánica para conocer algunos de los arbustos que componen el matorral mediterráneo. Para ello nos desplazamos hasta la ermita de la Virgen del Salz, un buen emplazamiento –si la calima lo hubiese permitido- desde donde ver desde esta atalaya como se supone que fue la formación de nuestra tierra, lo que hoy denominamos Depresión del Ebro. Con un poco de imaginación llegamos (eso espero) a intuir a grandes rasgos como desde la Era Primaria –donde únicamente existían un único continente y mar- la masa terrestre se fue dividiendo durante la Era Secundaria (200 a 70 Ma.) hasta configurar los continentes, tal y como los conocemos en la actualidad. El clima se va vuelviendo más cálido, subtropical, lo que favoreció una abundante vegetación. Europa estaba casi cubierta por agua, y en tierra crecían unos grandes helechos arbóreos; los dinosaurios reinaban hasta su desaparición al final de esta época. Con la Era Terciaria (70 a 1 Ma.) aparecen los árboles actuales y las plantas con flores, también finaliza la formación de las principales cadenas montañosas como los Pirineos, quedando la Península Ibérica con dos brazos de mar: en Depresión del Ebro y en la Bética. Al emerger la Cadena Litoral Catalana se formó un gran mar interior, donde se depositaron los materiales que arrastraban los ríos que provenían de los jóvenes Pirineos, que en esta época estaban modelando su actual orografía. Posteriormente, lo que hoy es el Ebro, lograría encontrar su salida al Mediterráneo, quedando tal y como hoy es la Depresión del Ebro con los depósitos acumulados durante millones de años de areniscas, yesos y sales. Fruto de estos depósitos de gravas y tierra, con el descenso del nivel de
agua y posterior erosión aparecen los Mallos de Agüero, Riglos o Vadiello en la
orilla de aquel mar interior, o los Torrollones y Tozales de la zona monegrina
próxima a Sariñena. ![]() La mayoría de las especies vegetales mediterráneas se asientan en nuestro territorio en esta época, pero hace unos 6.5 Ma. ocurre un acontecimiento fundamental para complementar la flora mediterránea, que a partir de entonces podemos denominar mediterráneo-esteparia. La conexión del Mediterráneo con el Océano Indico se cierra al moverse hacia África la placa tectónica de Arabia; al igual ocurre en el estrecho de Gibraltar al unirse Europa y África. El Mediterráneo se va desecando durante la Crisis del Mesiniense, conservando únicamente algunos pequeños lagos salados en las depresiones más profundas; durante 250.000 años se mantuvo en una situación crítica. El clima se vuelve mas seco, lo que permite la llegada de nuevas especies a la Depresión del Ebro provenientes tanto del Sahara como de las estepas de Irán y Turquía. Hace unos 5.3 Ma. el estrecho de Gibraltar de nuevo se abre, calculándose que tardó únicamente dos años en llenarse el Mediterráneo. El clima se mantiene seco hasta que hace unos 2.8 Ma. se forma el istmo de Panamá, produciéndose un cambió radical en el clima que se vuelve más húmedo y frío en Europa. Este cambio de clima propicia la llegada de especies de la estepa rusa y otras provenientes de la región eurosiberiana. ![]() Comienzan a incrementarse los hielos polares, que con la llegada de las glaciaciones del Cuaternario (la última hace unos 30.000 años) las especies mediterráneas se refugian en los lugares más propicios, como son el fondo de la Depresión de Ebro; mientras que las eurosiberianas buscan el mejor ambiente que les propician las montañas y sierras. En esta época predominan en la Depresión del Ebro los Pinos, Juniperus, Quercus o Corylus, formando un matorral de mayor tamaño que el actual, pero sin llegar a ser los “Montes Negros”. El clima sufre variaciones y pasa por épocas más o menos cálidas que influyen en una pequeña medida en el tipo y tamaño de matorral y flora mediterránea. La actuación del hombre degradó este frágil hábitat de manera especial desde el Siglo XIII con la aparición de la Mesta, el alto precio de la lana influyó en la tala de grandes superficies boscosas para dar alimento a las ovejas. El terreno también sufrió un proceso de roturación de tierras para su cultivo ante la necesidad de alimentar a un número creciente de personas. Todo ello contribuyó a formar los grandes espacios esteparios, tal y como los contemplamos en la actualidad. ![]() Posteriormente nos dimos un pequeño paseo en la proximidades de la Ermita de la Virgen del Salz para ir viendo las diversas especies como los chinebros, coscojas, sabinas negras, bufalagas, aliagas, romeros, tomillos, lenticos, lastón, bojes, etc.. que fuimos encontrando. También pudimos observar los diferentes tipos de floración en el pino carrasco, chopos o sauces, y el porqué de su posición en las ramas así como la ausencia o no de las hojas, para facilitar su polinización. Para la siguiente salida a realizar el 15 de Abril (esta vez domingo para los que no pueden venir en sábado) hemos programado un recorrido en los Montes de Zuera. Desde el Vértice Esteban bajaremos por Val de Aísa hasta llegar al Barranco de Salado, en estos pocos kilómetros veremos la recuperación del monte tras los incendios de 1995 y de 2008. También como va cambiando el tipo de vegetación tanto por la altitud, por tipo del terreno o por la mano del hombre. Simplemente recordar que Odón de Buen dejó escrito hacia 1880 que los pinos llegaban en esa época hasta las puertas de la villa de Zuera. ![]() Gracias por vuestra asistencia y a Juan Roberto Mora por sus fotografías. |
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