1-Lunes.
Prunus dulcis
Como decía, la primavera ha llegado, no puntual como se dice ya que cada año se adelanta o se hace de rogar, caprichosa que es ella. Hay un árbol que la anuncia especialmente, el almendro florece con frenesí a la espera de la visita de alguna abeja que lo polinice.
Este árbol caducifolio fue introducido de Asia central y se cultiva en sus diversas variedades, especialmente en secano. Mas raro es verlo asilvestrado en ribazos, taludes o setos, prefiriendo el suelo calizo.
Esta rosácea, prima de las rosas, de nombre científico: Prunus dulcis, almendro para los amigos y almendrero en Aragón. Muchos de los árboles cultivados por sus frutos, como iremos viendo, son del género prunus, que era el nombre dado por los romanos al ciruelo y dulcis por su sabor dulce y agradable del fruto (mejor no probar las almendras bordes). El almendro se cultiva en casi todo el territorio aragonés, subiendo aproximadamente hasta los 1.300 mts. de altitud.
2-Martes.
Veronica polita
Si bien podemos considerar al almendro como el heraldo de la primavera; unas semanas antes, si nos fijamos un poco, veremos unas pequeñas plantas que tiñen de azul pequeñas extensiones de terreno. Son las verónicas, y en estas fechas son tres especies las que podemos encontrar con facilidad en la tierra baja.
La Veronica polita, pequeña escrofulariácea de poco más de veinticinco centímetros de altura, con tallos procumbentes – que se arrastran por el suelo sin llegar a arraigar-, ramificados y densamente pelosos. El fruto es peloso, más corto que ancho y con el estilo más largo que la escotadura de la cápsula. Para distinguir las diversas especies de verónicas debemos fijarnos en éstos caracteres además del tamaño de los pedicelos, tipo de hojas, etc...
Especie subscosmopolita, está muy extendida por Europa a excepción del ártico. En Aragón la podemos encontrar en casi todo su territorio, como planta ruderal –crece en ambientes humanizados- gusta de barbechos, huertos, calles, escombreras o en las orlas de bosques, tolerando suelos yesosos.
3-Miércoles.
Veronica persica
Otra de las verónicas que nos acompañan es la Veronica persica. El género Veronica debe su nombre, según unos autores, al nombre que le daban los alemanes a estas plantas y según otros se debería al aspecto de su flor, donde las dos anteras se asemejan a los ojos, dándole un aspecto de rosto recordando a la Vera Icon (del latín verun=verdadero e icon=imagen, retrato), cuando la “Verónica” enjugó el rostro de Cristo en el camino al Calvario, quedando impreso su rostro en el lienzo.


En Aragón se les llaman azuletes, y al igual que casi todas sus hermanas es de corta talla, hasta treinta centímetros. Para distinguirla de la V. polita, veremos que sus pedicelos son mayores, el fruto está fuertemente comprimido y el estilo es mayor que la ancha escotadura. También es planta ruderal e indiferente al sustrato, gustándole los suelos removidos y ricos en materia orgánica, y por ello es fácil localizarla en huertos o campos.
Subcomospolita, especie introducida del suroeste de Asia, ampliamente naturalizada y distribuida por Europa. En Aragón es frecuente en el Prepirineo, siendo más escasa en el Pirineo, donde alcanza los 1.600 mts. de altitud, y más rara en la Depresión del Ebro reapareciendo luego en la Ibérica y el Maestrazgo de Teruel.
4-Jueves.
Veronica hederifolia subsp. hederifolia Tercera de estas pequeñas plantas, a lo largo del año iremos viendo unas cuantas más, especialmente en el Pirineo. La Veronica hederifolia subsp. hederifolia sube un poco más que las anteriores, llegando a los 1.800 mts.
De entre diez a cuarenta centímetros de talla, al igual que sus hermanas es ruderal y nitrófila, gustándole los campos, cuentas o majadas; siendo frecuente encontrarla en las calles o tapias. El nombre específico se refiere a la semejanza de sus hojas con las de la hiedra (Hedera helix), con 3 o 5 lóbulos, siendo el central de mayor tamaño, largo pedicelo y corola de un azul pálido; cáliz ciliado en los márgenes y con la cápsula subglobosa. En Aragón existe también la subespecie triloba, con hojas tres lóbulos, corolas más azuladas y cálices pubescentes.
En Europa únicamente falta en el Ártico, y en Aragón es frecuente en el Prepirineo siendo más escasa en el Alto Pirineo y Somontanos. En la Depresión del Ebro y en las sierras turolenses está más dispersa.
5-Viernes.
Senecio vulgaris
Otra especie ruderal, para algunos mala hierba, que crece en campos, baldíos, caminos, calles o muros. Con numerosos nombres comunes que hacen referencia a su aspecto: Yerba cana, hierba cana o zuzón. Linneo estableció el género Sencio tomando el nombre del latín senescere=envejecer, por el aspecto que toman los capítulos como cabellos canos en la vejez, y el específico a que es común, ordinaria.

Si el tiempo acompaña, esta compuesta florece durante todo el año. De pequeña talla, crece hasta los treinta centímetros, inconfundible por tener las brácteas suplementarias y casi siempre las principales manchadas de negro. Además carece de lígulas – flor exterior en las compuestas, de aspecto diferente de las interiores - y no tiene pelos glandulosos.
La podemos encontrar desde el nivel del Ebro hasta los 2.100 metros, especie subscosmopolita está muy extendida en toda Europa. Utilizada en la botica tradicional, ya que existe un refrán que dice “Boticario que no conoce el senecio es un necio”.
6-Sábado.
Capsella bursa-pastoris
Primera de las crucíferas, que podemos encontrarnos en flor estos días, muy común y próxima a nuestras viviendas, como buena ruderal y nitrófila la encontraremos en campos, caminos, majadas, huertos, jardines o calles, en montaña crece en pastos frecuentados por ganados o en majadas, indiferente al tipo de sustrato en que crece. Se trata de una especie de hasta cincuenta centímetro de talla, glabra, erecta, algo ramificada y con una roseta basal de hojas. La inflorescencia es un racimo alargado de pequeñas flores blancas.
Su nombre científico hace referencia a la curiosa forma de sus frutos, del latín capsella=cajita, cofrecito, por la forma de sus silículas –fruto más ancho que largo-, byrsa(bursa)=piel, cuero y pastoris=pastor (por la semejanza de sus silículas con el zurrón de pastor o pan y quesillo. Los nombres populares hacen también mención a la forma de su fruto, bolsa de pastor, zurrón de pastor o pan y quesillo.
Sube normalmente hasta los 2.000 metros de altitud, aunque hay referencias de haberla encontrado a los 2.450 metros. Especie subscosmopolita , muy extendida por todo el hemisferio norte y que en Aragón es común en todo su territorio.
7-Domingo.
Diplotaxis erucoides subsp. erucoides
Fiel compañera de olivos y viñas, pues entre ellos crece. Esta crucífera -pétalos en forma de cruz- tiene como nombre vulgar rabaniza blanca y el científico proviene del griego diplóos=doble y taxis=colocación en orden (por la colocación de las semilla en dos filas de cada lóculo de la silicua) y erucoides del latín=referido a la oruga común (Eruca vesicaria) e ides=sufijo que indica parecido.
Considerada como mala hierba, de corola blanca, puede florecer durante todo el año y alcanza los sesenta centímetros de talla. Indiferente al sustrato donde crece, además de entre olivos y viñas, la podemos encontrar en cunetas, márgenes de caminos, huertos, ribazos, calles, alcorques, etc.. como buena especie ruderal, arvense – que crece en terrenos cultivados- y viaria.
Especie mediterránea, se extiende por el sur de Europa y Oeste de Asia. En Aragón es muy frecuente en la Depresión del Ebro y más escasa conforme sube la altitud, llegando a crecer hasta los 1.400 mts.