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San Adrián de Sasabe


Iglesia románica de finales del siglo XI, construida sobre un antiguo monasterio visigótico. Mientras Huesca estaba bajo el dominio de los árabes fue sede episcopal hasta su traslado a Jaca, siendo enterrados en este lugar siete obispos y aquí se custodió el Santo Grial.


Gracias a las obras de limpieza y drenaje de los años 1957 y 60-61, se puede contemplar hoy en día esta iglesia que consta de una sencilla sencilla nave rectangular.

 
 Estado aproximado al que podía presentar la ermita antes de las obras de limpieza y que en la actualidad resulta casi imposible el contemplar por la valla de madera que han colocado.

El drenaje se hizo para que el suelo no se anegara, pero sin desecar el subsuelo ya que la cimentación del edificio se hizo con puntales de madera de sabina que necesitan de una humedad para no resecarse.

La iglesia es el último vestigio de un monasterio de mayores dimensiones anegado por aluviones de tierra que arrastraron los arroyos de Calcil y Lupán, en el origen del río Lubierre. A finales del siglo XVI los vecinos de Borau quisieron recuperar el culto y levantaron una ermita sobre los muros existentes.


La portada cubierta por un tosco tejadillo y enmarcada por una moldura ajedrezada, consta de tres arquivoltas: la central consta de varios boceles semicirculares y de distintos grosores, y las exteriores formadas por dovelas. La arquivolta central descansa, al más puro estilo jaqués, sobre dos pilares con capiteles decorados con motivos vegetales.


La cabecera de la planta de la iglesia está compuesta por presbiterio y ábside semicircular, de bóveda de cañón sobre el presbiterio y de cuarto de esfera para el ábside. El cubrimiento de la nave es una armadura de madera, y la iluminación de la nave se produce a través de ventanales abocinados.


Las filtraciones son evidentes y gracias al sistema de drenaje realizado, el agua es canalizada al exterior del templo.

Adosada al muro norte se encuentra esta edificación que se trata del arranque de una torre. El ábside por el exterior está dividido por cuatro lesenas que configuran cuatro espacios centrados por sendas ventanas.


El ábside se orna en el exterior por quince arquillos lombardos, divididos en grupos de cinco y que algunos de ellos están labrados por diversos motivos.


Las imágenes están tomadas desde 2002, y se puede apreciar las diferentes obras realizadas en estos años como el cerramiento de las ventanas o -para mi criterio personal- la incomprensible valla de madera.

Manuel Bernal.

San Adrián de Sasabe