Un paseo entre los pastos altos de Ordesa

Stitched Panorama
Zona del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que recorreremos

A la convocatoria de Daniel Gómez, para conocer algo de la flora alpina en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, acudimos un grupo de amigos que al final llegamos a juntarnos dieciocho personas. El lugar, uno de los más espectaculares del Pirineo con el Cañón de Ordesa a nuestros pies y la mole de Monte Perdido ante nuestros ojos, y el tener el privilegio de que Daniel compartiera el día con nosotros hacía presagiar un día inolvidable. Así fue.

La idea de Daniel fue la de partir desde donde te deja el autobús, que desde Nerín te lleva por Cuello Arenas a la Sierra de las Cutas y desde allí hasta Monte Perdido. Quien quisiera y pudiera, tenía esta cumbre mítica del Pirineo a su alcance.

Pasto característico de pedregales calizos de Festucion scopariae

Al iniciar la marcha tenemos ante nosotros una pradera que nos llevará hasta un collado donde se encuentra un mirador situado en la parte superior de la Brecha de Arazas y con unas vistas excepcionales del Cañón de Ordesa. Desde el comienzo transitamos por un terreno pedregoso, donde abunda una gramínea que en esta época (mediados de agosto) presenta una coloración amarillenta. Se trata de Festuca gautieri (anteriormente Festuca scoparia), que da nombre a los pastos que crecen mayoritariamente en Ordesa: Pastos calcícolas ralos en laderas y crestas pedregosas, Festucion scopariae.
















El las laderas sur, donde nos ha dejado el autobús encontramos dos especies que ya no veremos durante todo el recorrido.  Se trata de Iris latifolia (Endemismo pirenaico-cantábrico) y de Eryngium bourgatii, o cardo de puerto.  Cuidado, si observamos la morfología de sus flores y frutos nos daremos cuenta de que no es un cardo a esar de sus largas brácteas espinosas, es una umbelífera.


Se trata de una vegetación rala, que crece en laderas pedregosas sobre sustrato calizo y sometidas al efecto de la crioturbación, donde predominan las gramíneas como la citada Festuca gautieri y Helictotrichon sedenense, a las que acompaña Koeleria vallesiana; pasto de alto valor ecológico aunque de escaso valor ganadero. Entre estas gramíneas veremos sin dificultad, Astragalus sempervirens, Oxytropis campestris, Carlina acaulis subsp. caulescens, Carduus carlinifolius, Sideritis hyssopifolia, Geranium cinereum subsp. cinereum (Endemismo del Pirineo central y occidental), Cirsium acaule, Leontodon hispidus, Taraxacum dissectum, Erigeron alpinus o Armeria pubinervis.

Astragalus sempervirens, en fruto en esta época.
Oxytropis campestris
Carlina acaulis subsp. caulescens
Carduus carlinifolius, como nos dice su nombre específico sus hojas se parecen a las de la carlina.
Sideritis hyssopifolia totalmente aplicada al suelo.
Geranium cinereum subsp. cinereum
Cirsium acaule, con la huella de las botas de un montañero en sus hojas.
Leontodon hispidus
Taraxacum dissectum
Erigeron alpinus
Armeria pubinervis

A medida de que el terreno se vuelve más pedregoso, y la ladera se vuelve menos inestable al llegar al collado, ha ido apareciendo una vegetación que apenas levanta del suelo tratando así de superar los largos días de frío invernal o el azote del viento. Esta vegetación esta caracterizada por Thymelaea tinctoria subsp. nivalis (Endemismo pirenaico). Seseli montanum subsp. nanum, Trifolium thalii, Lotus alpinus, Galium pyrenaicum, Saponaria caespitosa (Endemismo pirenaico-cantábrico), Oxytropis neglecta, Androsace villosa, Bupleurum ranunculoides, Plantago monosperma, Paronychia kapela subsp. serpyllifolia, son algunas de las especies que acompañan a Thymelaea tinctoria subsp. nivalis y que o están todavía en flor en estas fechas o que son fácilmente reconocibles por los cojinetes que forman sus hojas. Otras muchas pasan desapercibidas para mis ojos, son de floración temprana y su ciclo vegetativo ya finalizó.

Algunos de los miembros de Ansar fotografíando alguna de las especies siguientes. Estamos a la altura de Cuello Gordo.

Thymelaea tinctoria subsp. nivalis, que como todas las especies que la acompañan son de una talla pequeña y viven pegadas al suelo. Alguna incluso lleva en su nombre el apelativo de nana.
Seseli montanum subsp. nanum

A la izquierda Achillea millefolium, abajo donde nos dejó el autobús alcanza una talla mucho mayor, en las cresta venteada donde crecía apenas levantaba del suelo.  A la izquierda Bupleurum ranunculoides, mordisqueado por ¿una oveja o un sarrio? que tal vez se lastimó al morder tal y como señala la mancha roja de sangre.

Trifolium thalii
Lotus alpinus
Plantago monosperma, con sus hojas bien abrigadas.
Paronychia kapela subsp. serpyllifolia


Este tipo de vegetación es el predominante hasta Cuello Gordo. En este punto hacemos una parada para contemplar el paisaje; frente a nosotros está La Fracuata y su máxima altitud que alcanza en Punta Tobacor, donde sus laderas son pastadas por un rebaño de ovejas. Bajo nuestros pies tenemos las Gradas de Soaso. Antes de continuar la marcha nos detenemos para fotografiar un pequeño ajo, Allium senescens subsp. montanum. A partir de este punto la senda nos llevará bajo las laderas norte de Sierra Custodia donde el tipo de vegetación cambia.

Casi todos los participantes frente a La Fracuata

En estas laderas de suelo calizo o ligeramente acidificado, algo más profundo y orientadas al norte donde la nieve perdura, que conservan la humedad buena parte del año proporcionan unos mejores pastos: Pastos densos innivados de alta montaña, Primulion intricatae, donde suelen predominar las gramíneas Festuca nigrescens y Poa alpina.

El grupo atraviesa los pastos de Primulion intricatae.  Ante nuestros ojos Monte Perdido, a su izquierda el Cilindro y a su derecha el Pico Añisclo, bajo éste la Torre de Góriz o Morrón de Arrablo.  Las laderas verdes corresponden a las laderas de Sierra Custodia.

Sin apartarnos de la senda observaremos diversas especies que las acompañan como varios tipos de tréboles: Trifolium alpinum, Trifolium repens o Trifolium pratense, además de Trifolium thalii que hemos visto al inicio de la marcha. Entre los carex veremos Carex sempervirens y Carex parviflora; donde el terreno se vuelve algo pedregoso aparece la flor de nieve: Leontopodium alpinum, también veremos unas pequeñas flores que apenas levantan de ente las piedras, se trata de Euphrasia alpina; ambas especies nos han venido acompañando desde Cuello Gordo. A demás de Carduus carlinifolius van apareciendo otros nuevos cardos como Carduus carlinoides o Cirsium eriophorum.

Trifolium alpinum
Trifolium repens
Trifolium pratense
Leontopodium alpinum ya fructificando y con abundante renuevo para el año que viene.
Euphrasia alpina
Carduus carlinoides
Cirsium eriophorum, situado en una zona utilizada en algún tiempo como majada donde sesteaba el ganado.

En los huecos de las rocas que hay junto a la senda veremos Asperula hirta (Endemismo pirenaico-cantábrico) o Campanula cochlearifolia, ambas en flor mientras que Arenaria purpurascens hace días que las perdió. En las rocas que rezuman agua crece Saxifraga aizoides, que este año se están poniendo a prueba por la sequía persistente que padecemos.

Asperula hirta
Campanula cochlearifolia, estas son albinas. Seguro que vemos las de color azul que son las habituales.
Saxifraga aizoides

En los pequeños regatos o rezumaderos que bajan de la ladera crecen algunas plantas fontinales como Parnassia palustris, Carex frigida o Juncus triglumis , y en sus proximidades de entre la hierba aparecen las pequeñas inflorescencias blancas de Polygonum viviparum.

Parnassia palustris
Carex frigida
Juncus triglumis, seguramente.
Los pastos densos de Primulion intricatae, cuando la ladera se vuelve inestable y más pedregosa, dejan de nuevo paso a la Festuca gautieri, entremezclándose los dos tipos de pastos.

Daniel me comenta que este paso está compuesto por varias gramíneas:  Festuca gautieri y seguramente Festuca. ovina y Koeleria vallesiana, además las espigas que sobresalen son Helictotrichon sedenense.

En las pequeñas gleras que se forman en estos puntos de encuentro no es difícil el ver las grandes flores amarillas de Crepis pygmaea, pionera en colonizar estos terrenos. Junto a ella vemos las hojas y frutos de Ranunculus parnassifolius subsp. heterocarpus. Otra especie que crece en estas gleras, y que yo no localicé, es Borderea pyrenaica (Endemismo del Pirineo central y catalogada como de Interés Especial en Aragón).

Crepis pygmaea

Ya hemos llegado al Circo de Soaso, abajo a la izquierda hemos podido observar la Cascada de Cola de Caballo y sobre ella el Refugio de Góriz. A nuestra derecha tenemos la senda que nos llevaría al Collado Superior de Góriz, situado entre Punta Custodia y la Torrre de Góriz. Pero éste no es el camino que debemos tomar, nuestra senda gira a la izquierda quedando Monte Perdido a nuestra derecha. Frente a nosotros y sobre el Circo de Góriz el macizo de Marboré que nos oculta en ciertos momentos la Brecha de Rolando.

Cervunal




Al atravesar un barranco (hoy seco) que baja de las estribaciones del Perdido, Daniel nos indica que estamos andando sobre tasca. En terrenos calizos con escasa pendiente que sufren una descalcificación por efecto del agua, aparece un tipo de pasto denso donde predomina Nardus stricta, son los cervunales. El valor ganadero de este tipo de pasto varía con la concentración que tenga de esta gramínea.

Otras especies que acompañan a este tipo de pasto es Festuca eskia (Endemismo pirenaico-cantábrico) que cuando predomina en suelos silíceos da lugar a unos pastos densos acidófilos de alta montaña denominados Festucion eskiae), Plantago alpina, de nuevo encontramos Trifolium alpinum, Campanula scheuchzeri, Deschampsia flexuosa, Antennaria dioica, en lugares más pedregosos apenas asoma una mata de Acinos alpinus, y Galium verum,....... entre otras.

Deschampsia flexuosa

Plantago alpina
Campanula scheuchzeri

Cuando la ladera adquiere una mayor inclinación, haciéndose más inestable de nuevo aparece Festuca gautieri y las especies vegetales que lleva asociada.

Festuca gautieri y la de mayor talla Helictotrichon sedenense.
Ambas fotografías corresponden a pastos de Festuca gautieri situados sobre el Refugio de Góriz. De izquiera a derecha tenemos Taillón, debajo se intuye el Dedo y la Falsa Brecha, bajo ella el Pico Anónimo. El primer pico de roca blanca es el Bazillac (que tapa la Brecha de Rolando), sigue el Casco y como comienzo del macizo de Marboré tenemos La Torre y las primeras estribaciones de la Espalda de Marboré.  A la izquerda se ven las laderas del Pico Descargador.

Entre el cervunal destacan los violáceos pétalos de Merendera montana, que me hacen pensar en que tal que sea hora de dejar a mis compañeros de marcha. Ellos siguen camino de Monte Perdido, unos hasta el Lago Helado para observar la vegetación que vaya apareciendo hasta este lugar y otros ¡¡a la cima!! Por mi parte, volveré al punto de partida e iré fotografiando todas las especies que el rápido caminar del grupo me ha impedido realizar en la ida.

Mis compañeros camino de Monte Perdido. A la derecha se asoma El Cilindro que casi tapa al Marboré.
Tras la Merendera montana se encuentra un ejemplar de Ranunculus parnassifolius subsp. heterocarpus.

Es hora de comer y el sol cae inmisericorde, al cruzar el barranco sobre el cervunal he visto unas grandes rocas que me proporcionarán una refrescante sombra y hacia ellas dirijo mis pasos. Al llegar compruebo que a esta hora del día la posición del sol tan apenas me proporciona un poco de sombra. Da igual, me sabe a gloria mientras doy cuenta de mi bocadillo.

Entre bocado y bocado voy observando las especies rupícolas que florecen en el roquedo, destaca la rica floración de Hypericum nummularium, Campanula cochlearifolia o de Senecio pyrenaicus; siguiendo las formas de la roca se apretujan los futos de Rhamnus pumila. No pueden faltar los blancos penachos de Potentilla alchemilloides; pero me faltan las rosetas de Saxifraga longifolia que ya hemos visto en las cretas pedregosas del inicio de la marcha, y es raro que falte en los roquedos calizos.

Hypericum nummularium
Rhamnus pumila
Potentilla alchemilloides
Campanula cochlearifolia, refugiadas en los más umbrío de la roca, y que parece que me están suplicando un poco de agua.

Debo iniciar el regreso, al cruzar el cervunal de vuelta me imagino ese barranco pedregoso como un río seco, donde únicamente crecen algunas matas de un endemismo pirenaico, se trata de un cardo blanco Cirsium glabrum. Con parsimona desando mis pasos de la mañana realizando el reportaje fotografíco que acompaña estas líneas.

Al llegar al mirador situado sobre la Brecha de Arazas compruebo que todavía falta para que mis compañeros lleguen hasta aquí y decido buscar un poco de sombra donde dar una cabezada. Al bajar al mirador descubro unos cuantos ejemplares de la Corona de Rey o también llamada coda de borrega.

Ya decía yo que no podía faltar en estos roquedos calizos. Mientras descanso, especialmente lo agraceden mis pies, voy anotando las especies que hemos visto hoy y el recorrido realizado. Casi me siento como una oveja que ha ido pasando el día de pasto en pasto seleccionando el bocado más sobroso.

Manuel Bernal. Agosto 2012

               Senecio pyrenaicus   

Cirsium glabrum

Mi agradecimiento a Daniel Gómez por la deternimación de muchas de las especies que aparecen fotografiadas y a Juan Brioso por situarme entre tantos picos.

Para conocer mejor los pastos:

6170 Pastos de alta montaña caliza. Remón, J. L., Gómez, D. & García-González, R., 2009

Flora y vegetación del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. José Luis Benito. 2005

Pastos del Pirineo: Breve descripción ecológica y florística. Daniel Gómez  (Capítulo 9 del libro "Pastos del Pirineo" de  Fillat, F., García-González, R. Gómez, D. y Reina, R. (eds.). 2008 -. Pastos del Pirineo . 319 pp Departamento de Publicaciones del CSIC, Madrid.

Tipología de pastos herbáceos de España. Alfonso San Miguel Ayanz