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Santuario de la Virgen del Águila

En el camino de subida al Santuario de Nuestra Señora del Águila desde Paniza, justo donde las viñas dan paso al monte de carrasca se encuentra la llamada “Carrasca de la Virgen”.  Encina catalogada como Monumental y Singular en Aragón y que se encuentra en un buen estado de conservación.

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Está situada en el mismo camino de acceso al Santuario, por lo que ha sido limpiada de las ramas que pudieran impedir el paso tanto a personas como a vehículos.  En la base del tronco tiene un perímetro de tres metros y la primera rama nace a metro y medio. La altura de la encina son casi 13 metros por 16 de ancho.  Pero el verdadero valor que atesora esta carrasca para un panicense es la leyenda que narran sus ramas. Según tradición oral, sobre el nido de un águila que anidaba en la carrasca se le apareció la Virgen María a un pastor de la localidad, diciéndole que levantaran los vecinos de Paniza una ermita en su honor para proteger al pueblo de la sequía que tanto los oprimía.

Otra versión de la leyenda, más elaborada y poética, es la recogida en el libro “Guía para visitar los Santuarios Marianos de Aragón”, coordinado por D. Eduardo Torra de Arana y autor para los obispados de Zaragoza y Tarazona, D. Víctor Azagra Murillo. Según esta versión, después del regreso de los dos emisarios a Paniza desde Zaragoza, dieron cuenta de lo sucedido en el Santo Pilar. Tras lo cual, todos los vecinos salieron en cuadrillas en busca del nido de águila tras haber edificado la capilla de San José.

Se dirigieron hacia el monte, revestido de encinas y matorrales, donde abundaban toda clase de aves. Vieron un águila, quien con sus movimientos parecía invitarles a que la siguiesen los de Paniza, como así lo hicieron.  El ave se posó en un gran nido donde estaba criando sus polluelos, construido entre el ramaje de una enorme carrasca. Los hombres se acercaron hasta el nido, siendo recibidos por los alegres gritos de los aguiluchos cuya madre los estaba alimentando.

El águila se dejó acariciar por aquellos hombres de Paniza y sobre la carrasca colocaron un lienzo con la imagen de Dios, dejando a su cuidado un pastor llamado Monyoso, que se ofreció a cuidar constantemente una lámpara que se encendió ante el lienzo.

El lugar de destino de los dos enviados de Paniza, no coincide en esta versión con lo señalado por el Doctor Vicencio Blasco de Lanuza, Canónigo Penitenciario de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoza, en su libro “Historias Ecclesiasticas y Seculares de Aragon de 1622. Relato casi idéntico el del Padre Faci cuando menciona a la Virgen del Águila de Paniza en su libro “Aragon, Reyno de Christo y dote de Maria Santissima”, de 1739.

Resumo la historia de la Virgen del Águila en palabras de D. Vicencio Blasco y con algunos apuntes del P. Faci: el Santuario de la Virgen se fundó sobre 1520 o poco antes.  Paniza y sus habitantes habían sufrido diecisiete años de esterilidad por granizo y piedra, lo que les sumió en la mayor de las pobrezas.  Creyendo que era un castigo por sus culpas enviaron a dos ancianos en peregrinación a Montserrat (al Pilar de Zaragoza, según el libro de D. Eduardo Torra de Arana), para consultar a un ermitaño de ese Santuario que tenía más fama de santidad que otros ermitaños que habitaban aquellos montes.

Fueron en peregrinación en 1515 ó 1516, habiendo realizado sus votos y ofrendas consultaron al ermitaño y a otras personas santas.  El ermitaño les dijo que confesaran, comulgaran y expiaran los pecados públicos de Paniza.  Que si tomaban como patrones al glorioso San José, y a los santos Abdón y Senén; y que si edificaban una iglesia a Nuestra Señora la Virgen en Paniza, que tuvieran por cierto que hecho esto terminarían sus males.

Llegados a Paniza, los habitantes cumplieron al pie de la letra y Dios cumplió sobradamente las profecías y promesas del ermitaño. Edificaron la capilla y el altar de San José, y a su lado colocaron las imágenes de San Abdón y San Senén, y encima la de Nuestra Señora de Montserrat.

Para la iglesia de Nuestra Señora decidieron construirla en el monte, en el cabezo que llamaban del Águila, por haber criado o criar allí actualmente, en una encina grande que allí vivía donde hoy está el altar de Nuestra Señora. La Virgen no es aparecida, ni hay fundamento para una voz popular, que ha corrido entre gente sencilla, para afirmar que lo es, la imagen fue colocada sobre el mismo tronco de la carrasca. Por ello se llama aquel Santuario el de Nuestra Señora del Águila, y al pie de la imagen de la Virgen está un águila. 

Edificaron la iglesia y el primer año desde su fundación, un 23 de abril, hicieron procesión solemne y subieron una imagen de la Virgen que tenían en la iglesia parroquial que dejaron en el santuario mientras se hacía el retablo y la imagen que debían colocar en el tiempo.

Pasó el tiempo y nuevamente estaba la tierra estéril y quemada por los vientos, y extraordinariamente seca. El cielo parecía de bronce siempre raso y sereno, pero Dios se apiadó de los de Paniza por la intercesión de la Virgen de las lágrimas de los afligidos y pobres labradores.  Los de Paniza fueron en procesión al Santuario, cantando las letanías y otras oraciones a grandes voces, y llevando la imagen de Nuestra Señora en una peana de doce hombres. Sin llevar comida pues pensaban comer en la ermita.

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Patio del Santuario de la Virgen del Águila.  (Pulsar para ver en grande)

Durante la procesión el cielo se cubrió, y cubrió las tierras de tantas y tan abundantes aguas que la cogida de aquel año fue abundantísima. El agua les duró tanto que les cogió en medio del camino, y durando el agua todo el día debieron ayunar hasta la noche, cuando volvieron en medio del barro a sus casas.

El Arzobispo Santos fue muy devoto de la Virgen del Águila y mandó que siempre tuviera dos sacerdotes, uno un predicador que gobierne el santuario, además del ermitaño, caseros y otras personas de servicio que hay en el santuario. Con el ganado y tierras de labor, además de las limosnas de Paniza y los pueblos cercanos se sustenta, además de dar de comer a todos los que acuden a visitar a la Virgen. Tiene casa donde ejercita la hospitalidad y limosna con cuantos llegan a aquel sagrado monte y templo.

Hay una Cofradía numerosísima de todos los pueblos cercanos, para el servicio del Señor y de la Virgen, quienes santamente se gobiernan.

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El retablo mayor es muy bueno y bien acabado, la talla de la Madre de Dios muy devota en la parte central del retablo. El descendimiento de la Cruz, cuya imagen principal es del Salvador puesto en los brazos de la Virgen, el cual sudó milagrosamente tres veces. La primera en 1540, el 21 de mayo. La segunda en 1568 por el mes de marzo. Y la tercera el año 1574, el 13 de abril. Las dos primeras veces duró el sudor tres días, y la última desde el Lunes Santo hasta el último día de Pascua. 

Avisaron los de Paniza al Arzobispo Don Hernando, enviando al Vicario de la Villa y al Jurado Primero. El Arzobispo mandó a su Fiscal y al Notario Luys de Capdevilla para que examinaran el milagro. Sacaron la imagen a la puerta de la iglesia donde había innumerable gente que se había congregado. Barrenaron la imagen y vieron que la madera era enjuta y seca; después de hacerle otras pruebas juzgaron que aquel sudor era cosa sobrenatural y milagroso, y que excedía del curso y fuerzas de la naturaleza. Todo ello consta por acto recibido por Luys de Capdevilla en presencia de muchedumbre de testigos, que tuvo aquel día.

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Durante los días en que la imagen sudó acudieron gentes de la comarca para orar a Dios, a los que por misericordia infinita les fueron perdonados sus miserias y culpas. El Conde de Fuentes, Don Juan Luis Fernández de Heredia y Cuevas, permaneció arrodillado delante de la Santa Imagen toda una noche y para memoria perpetua del prodigio se llevó el dedo pequeño de la mano del Salvador, para guardarlo entre otras muchas reliquias.

Por intercesión de la Virgen del Águila ha obrado el Señor en el Santuario muchos milagros, de los que hay memoria de ellos por actos y registros antiguos en tablas y letreros antiguos.

El retablo del Santuario fue realizado por Gabriel Yoly, representante de la escultura del renacimiento en Aragón. Nacido en Francia, trabajó en Aragón con los escultores Damiant Forment y Gil Morlanes. Con Morlanes realizó la capilla de San Agustín de la Seo. También realizó las imágenes del retablo mayor de San Miguel y del Portillo de Zaragoza. Además del retablo de la Virgen del Águila de Paniza, entre otros realizó el retablo del coro de la catedral de Teruel, en cuya puerta fue enterrado.

Según relata D. José Ibáñez-Martín en su libro “Gabriel Yoly  El retablo se contrató el 26 de abril de 1532, y según las condiciones del contrato la imagen principal debería representar a Nuestra Señora en pie, rodeada por cuatro ángeles y a sus pies un águila. En el banco los siete gozos de Nuestra Señora, ocupando el centro del mismo una quinta angustia. Como remate del altar, la Crucifixión del Señor. En los laterales del altar y sostenidos por ángeles, irían los escudos con las armas de Paniza. El artista se comprometía a terminar la obra para “Pascua de flores, primera viniente” de 1533.

Por toda la obra, Yoly recibió 2.000 sueldos jaqueses en tres plazos, siendo en aquellos tiempos la mejor obra de la Comunidad de Daroca, a la que pertenecía Paniza desde el siglo XV. La Angustia a que se refieren en el contrato sería la imagen del descendimiento del Salvador, imagen que sudó milagrosamente en tres ocasiones durante la segunda mitad del siglo XVI.

El retablo y el Santuario fueron destruidos en 1809 durante la Guerra de Independencia por el mariscal Suchet, como represalia por la resistencia realizada en el Santuario por el guerrillero panicense Ramón Gayán, organizador del batallón de “Escopeteros y Tiradores de Cariñena”. No he encontrado referencia de que se perdiera también la imagen de la Virgen del Águila durante la Guerra de la Independencia, tal vez fuera puesta a buen recaudo por los vecinos de Paniza adivinando el triste final que sufriría el Santuario. Para desgracia de los vecinos la imagen fue robada el 14 de agosto de 1985, sin haber sido posible recuperarla hasta la fecha.

Las obras para reedificar el Santuario comenzaron en 1817 y finalizaron en 1824. La ermita mantuvo su estructura original de una nave única, a la que se le añadieron en esta época unas pequeñas capillas laterales y un coro al pie de la nave. La ermita cuenta con un campanario provisto de un campanico que llama a la oración.

El santuario tenía en origen hospedería y comedores en la planta baja, y dormitorios en la planta superior. Hoy se han transformado en salones y refugios usados por los vecinos de Paniza, especialmente para San José y San Jorge. Los vecinos de Paniza mantienen la tradición de subir en procesión al Santuario a la Virgen del Águila en estas dos festividades, portando la imagen de la Virgen los quintos del año.  Cuando llegan a la “Carrasca de la Virgen” hacen un alto donde se da de almorzar chorizo con pan de anís y vino. Una vez arriba en el Santuario se celebra una misa con cánticos populares y después se come por el monte.

 

Manuel Bernal. Febrero 2013

Mi agradecimiento a Alberto Báguena por enseñarnos el Santuario, y también por las exquisitas viandas que preparó en su establecimiento, Bar el Arco en Paniza, y que pude degustar en compañía de Paco Serrano.

Mas en:

Aragon, Reyno de Christo y dote de Maria Santissima-Roque Alberto Faci
Historias Ecclesiasticas y Seculares de Aragon-Vicencio Blasco de Lanuza
Guía para visitar los Santuarios Marianos de Aragón-Eduardo Torra de Arana

Gabriel Yoly / José Ibáñez-Martín

https://www.caiaragon.com/es/municipios/index.asp?idloc=702&tipo=0

http://www.turismodezaragoza.es/provincia/patrimonio/barroco/santuario-virgen-aguila-paniza.html
http://www.dpz.es/turismoNuevo/descargas/pdf/provinciazgz/Zaragoza_%20la%20provincia_revista03_nov_parte_2.pdf
http://www.campodecarinena.org/paniza/index.php?menu=12&idArtistico=36
http://www.ayuntamiento.es/paniza

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=13119