![]() La nieve
va desapareciendo de las cumbres, únicamente permanece algún nevero y
los glaciares. La vida comienza a florecer entre los riscos, aparecen
algunas prímulas como esta Androsace ciliata. Este endemismo del
Pirineo central forma densos cojines de flores rosas, sube mucho
llegando a florecer en el Paso de Mahoma en el Aneto. El nombre específico proviene de “ciliatus” que tiene pobladas o bellas cejas, mejor si lo dejamos en que tiene pequeños y cortos pelos en los bordes de las hojas. A estas altitudes la vida es muy dura ya que debe soportar día tras otro constantes vientos y fuertes heladas. La aclimatación de la Androsace ciliata es perfecta, de pequeña talla, alcanza hasta unos seis centímetros, carnosas hojas que se agrupan en pulvínulos tendidos. |
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